El agua de Cabreiroá se comenzó a embotellar para su distribución en 1906, precisamente ese año fue declarada de utilidad pública. Su popularidad creció aún más cuando el Premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal, a comienzos del siglo XX, visita el balneario para tomar las aguas y acaba por certificar el valor medicinal de las mismas.
El hecho de que Ramón y Cajal legitimara las aguas de Cabreiroá como aguas de un gran valor medicinal, lo plasmó la empresa en el cartel publicitario que encabeza esta reseña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario